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Cambiando el pañal del bebé
recién nacido

ocho consejos para cambiar pañales

23/03/2020

Cambiar un pañal no suele ser una de las principales preocupaciones de los padres antes de tener un bebé… ¿O sí?

Bueno... debes de tomar en cuenta que un bebé pequeño puede moverse y gritar con todas sus fuerzas cuando intentas sacarle de su pañal sucio (cuyo contenido posiblemente se ha extendido por toda su ropa), al mismo tiempo intentas que no se caiga del cambiador, así que las cosas pueden volverse bastante complicadas.

Y ni siquiera estamos hablando del desafío de cambiar un pañal en público. Pareciera que los que están mirando piensan que no sabes lo que estás haciendo.

Mudar al bebé

Un recién nacido orina de 10 a 20 veces al día y defeca casi 10 veces al día. A medida de que vaya creciendo, la frecuencia disminuirá. Esto puede variar de bebé a bebé, su edad y la alimentación que tenga, entre otros factores.

La piel del bebé es muy sensible, y por ello, el cambio de pañal es muy necesario para evitar infecciones, dermatitis u otras irritaciones.

Hay situaciones en las que es difícil detectar si el bebé se ha orinado, por lo que se recomienda cambiar igualmente el pañal en ciertos momentos clave del día.

  • Después de alimentarlos: El estómago del recién nacido y su sistema digestivo está en desarrollo, por lo tanto procesa los alimentos de manera lenta pero desecha rápidamente lo que ha asimilado.

  • En ambientes de bajas temperaturas, el bebé podría orinar con mayor frecuencia.

  • Antes y después de dormir: Si el bebé duerme muchas horas seguidas, conviene cambiarlo antes de acostarse para asegurarnos un pañal seco e impermeable. Además, al despertarse luego de una siesta o por la mañana, se recomienda cambiar su pañal, pues es muy probable de que lo haya ensuciado.

Los mejores consejos para cambiar pañales

Sostener sus pies

Cuando cambies a un bebé pequeño, mantén siempre sus pies sostenidos suavemente con una de tus manos. De lo contrario, pueden patear el popó y tendrás que hacer un trabajo de limpieza aún más grande.

Cuidado con un segundo ataque

Se sabe que los niños pequeños suelen orinar tan pronto como se les quita el pañal, así que cubre sus partes con una toallita húmeda para asegurarte de que no ensucie todo (o peor aún, que te llegue directamente al ojo).

Prendas fáciles de sacar

Si el popó de tu bebé entra en contacto con su ropa, tirar de esta hacia arriba puede ensuciar su cuerpo y cara. Por lo tanto, intenta comprar prendas con cuellos traslapados, los cuales se extienden sobre los hombros de tu bebé para que puedas tirarlos hacia abajo para removerlos.

Distráelos

En cuanto tu bebé tenga la edad suficiente para sostener algo, aprovecha la oportunidad para darle algo que pueda distraerlo, incluso si es con tu teléfono o las llaves, lo que sea. Todo lo que importa es que te de dos minutos de tranquilidad para hacer el trabajo.

Se minuciosa: entremedio de los pliegues

Te sorprenderás de lo lejos que puede llegar el popó de un recién nacido. Usa tus toallitas húmedas WaterWipes para limpiar toda el área (adelante, atrás y en los pliegues internos de su ingle) ya que los residuos que quedan pueden causar pañalitis o dermatitis del pañal.

Fuera de alcance

Cuando quites un pañal sucio, ponlo fuera del alcance. Los bebés pueden llegar bastante lejos y una pequeña mano cubierta de popó es lo último que necesitas.

Siempre listo

Antes de salir de casa, siempre revisa tu bolsa de cambio para asegurarte de tener una buena cantidad de pañales (del tamaño correcto) y tu paquete de WaterWipes, la toallita para bebés más pura del mundo.

¿Talla correcta?

Si de repente ves que los pañales están goteando mucho, revisa si tu bebé está listo para un tamaño más grande.

Lo que sea que funcione

Cambia a tu bebé donde sea más conveniente y seguro en ese momento, incluso si parece poco convencional. Puede ser en el automóvil, en tu regazo, en la playa o incluso en su cochecito. Podemos prometerte que a tu bebé realmente no le importa, así que si funciona, funciona.

Más consejos generales

  • Evita tocarlo con las manos frías e intenta cambiarlo en una habitación con temperatura adecuada (25ª aproximadamente).

  • Crea una rutina de cambio: puede ser un momento en que le cantas, pones música, le haces mimos, etc. Intenta más o menos hacer el cambio de pañal en el mismo lugar y de la misma manera para crear un hábito e ir mejorando cada vez.

  • Otra técnica que puede ayudar es hacerlo participar en la muda: que sostenga el pañal limpio, la crema o las toallitas húmedas. Así se tiene partícipe y se involucra en el proceso.

  • Se debe priorizar un lugar seguro para el bebé y nunca quitarle los ojos y manos encima. También es importante que la superficie sea lavable pues los "accidentes" suceden, especialmente al principio.

  • Higiene: la limpieza debe ser minuciosa, pues las deposiciones, sumado con la fricción del pañal, pueden provocar la famosa dermatitis del pañal o "pañalitis". Para evitarla se debe cambiar al niño con frecuencia, dejar la zona al aire por unos minutos, limpiar entre los pliegues y estar atento a restos que pueden quedar.

Al principio es un trabajo complicado, pero mantén la calma, respira hondo (aunque no mientras sostienes el pañal) y recuerda: serás un profesional en poco tiempo.