El hipo del bebé
El hipo o singulto se produce cuando el diafragma se contrae de forma repetida, involuntaria y brusca. En lugar de inhalar aire, lo exhalamos. Al mismo tiempo también se cierren las cuerdas vocales, lo que produce el sonido característico del hipo.
No se sabe la causa exacta del hipo: para algunos, el hipo está relacionado con la evolución del hombre y con su adaptación al medio. Es una forma de preparar a los músculos respiratorios para respirar tras el nacimiento. Otra teoría señala que se produce como consecuencia de tragar líquido amniótico.
Tras el nacimiento, prácticamente todos los bebés tienen hipo, siendo más frecuente durante los primeros 6 meses de vida. Por lo general, en bebés suele desaparecer tras 10-15 minutos.
Se trata de un fenómeno natural, seguramente mucho más molesto para los padres que para el propio bebé. No es señal de ningún tipo de enfermedad o afección y rara vez afecta a la respiración del bebé.
Normalmente el hipo desaparece pronto y el bebé recupera la respiración normal.
Cómo prevenir y quitar el hipo
Se recomienda alimentar al bebé cuando esté tranquilo y antes de que tenga demasiada hambre, para que coma más despacio y no trague tanto aire.
Si el hipo aparece cuando el bebé está aún comiendo, cámbialo de posición e intenta que eructe o que se relaje. La postura ideal es en posición vertical. Espera que se le pase para continuar con su alimentación.
Si el ataque de hipo no se pasa solo al cabo de 5-10 minutos, dale un poco de agua o ofrécele chupete para que se relaje su diafragma.
Déjale reposar después de comer y evita los movimientos bruscos.
Masajea su espalda, le ayudará a relajar su estómago y su diafragma, lo que significa que expulsará gases acumulados y eliminará el molesto hipo.
Si el hipo persiste por 48 horas, consulta con su pediatra.