El puerperio o cuarentena se refiere a las 6-8 semanas después de un parto. Durante este tiempo el cuerpo de la mamá se recupera y empieza a volver a su estado previo al embarazo.
¿Qué le está pasando a tu cuerpo?
Hay ciertas partes del cuerpo de la mujer que sufren cambios y modificaciones para retomar su forma original.
Algunas de estas son las siguientes:
Útero: los cambios del útero se definen por una "involución". Solo unas pocas horas después del parto, el útero empieza a volver a su tamaño normal. Muchas veces este proceso puede venir acompañado por espasmos que algunas mamás sienten.
Pies: suele suceder que al final de un embarazo los pies de la mujer aumentan su tamaño, se hinchan debido a la retención de líquido en los tejidos. Después del parto, el cuerpo empieza a regular esa retención y los pies y otras partes que podrían estar hinchadas, vuelven a su tamaño normal. ¡En unas semanas ya estarás de vuelta a los tacones!
Cabello: a menudo las madres que recién tuvieron un parto sufren pérdida de pelo. Esto tiene que ver con las hormonas: el estrógeno durante el embarazo fortaleció tu pelo, pero ahora tienen que disminuir y eso tiende a causar un poco más de caída. ¡No te preocupes! Cuando se regulen volverás a tener tu cabellera de siempre.
Suelo pélvico: dependiendo de cómo fue tu parto, puede que tengas la zona genital adolorida. ¡Dale tiempo! Con un buen cuidado. higiene y ejercicios pélvicos (cuando tu médico lo indique), volverás a notar tu pelvis fortalecida y sanada.
Cambios hormonales: que no te extrañe si luego del parto te sientes como un torbellino emocional. Es normal. Las hormonas que durante el embarazo se ajustaron para prepararse para el parto, están cambiando nuevamente ya que el bebé está afuera. Súmale que hay un nuevo ser humano en tu vida que seguramente te revolvió la vida por lo menos un poco.
Pechos: los pechos de la nueva mamá también cambian, pero no vuelven a su estado anterior sino que se alistan para la lactancia materna. Las glándulas comienzan a producir leche para que puedas alimentar a tu bebé. El primer fluido que saldrá se llama "calostro" y es extremadamente beneficioso para el recién nacido. ¡El cuerpo humano es maravilloso!
Cuidados especiales
Para ayudar a tu cuerpo durante este proceso y evitar complicaciones que puedan atrasarlo, la mamá puede tomar ciertos hábitos y cuidados diarios:
Higiene en la zona genital: asea la zona solo con agua. Seca bien y suavemente (sin frotar). Acude a los controles regularmente para que tu médico corrobore que la zona está sanando correctamente.
Reposo: no realices esfuerzo físico innecesario y sigue las indicaciones de tu médico en cuanto a reposo. Pide ayuda a tu pareja o familiares si necesitas una mano con tu recién nacido.
Dieta alimenticia: la nutrición es la clave para todo. Tu cuerpo necesita energía durante esta etapa, ¡más aún con todo los esfuerzos que implica ser mamá! Una buena idea es llenar el refrigerador con alimentos nutritivos antes de la fecha de parto, para que luego no tengas que preocuparte de eso o cocinar.
Ejercicios moderados con indicación del médico: cuando los especialistas te lo permitan, empieza a realizar ejercicios leves como salir a caminar o ejercicios Kegel (para el suelo pélvico). Tus músculos están débiles y necesitarán tu ayuda para fortalecerse.
Si te sientes abrumada luego de haber tenido un parto, queremos decirte que ¡es normal! No te desesperes si no te sientes como antes de un segundo para otro. Este proceso lleva tiempo y paciencia, cuida tu cuerpo y apóyalo siguiendo las indicaciones de tu médico.