La manera en que somos padres también está cambiando. Hoy en día es más común que ambos padres trabajen, lo que significa que las tareas de cuidado infantil se comparten de manera más equitativa pues no hay solo uno a cargo 100% de ese tipo de labores.
Sin mencionar que, por mucho que amemos a nuestros bebés, muchos aprecian tener un poco de tiempo libre de niños, ya sea para ponernos al día con amigos, tener tiempo para realizar algún deporte o simplemente cortarnos el cabello.
Esta progresión significa que hay muchos más "tipos" de padres y algunos se encuentran cuidando a su bebé sin ayuda, ya sea papá o mamá, desde cierta edad o que lo ha estado haciendo desde el parto.
Un lobo solitario
Pero si bien esta puede ser la realidad, la representación de las familias que nos rodean (desde anuncios publicitarios hasta películas y televisión) ha sido un poco lenta para ponerse al día, haciendo que aquellos que hacen las cosas de una manera un poco diferente nos sintamos como extraños. A veces, romper el molde es enriquecedor, pero en otras ocasiones, puede sentirse un poco aislado.
Un padre que quiere lo mejor para su hijo siempre será todo lo que su hijo necesita y más, esté solo o acompañado. Pero eso no significa que siempre vaya a ser sencillo.
Les preguntamos a los padres en esta posición qué hicieron para apoyarse durante los tiempos difíciles.
Cómo lidiar con la paternidad compartida
"Siempre quise ser un padre práctico y había acordado tomar un permiso parental cuando nuestro hijo tuviera entre seis y nueve meses de edad", dice Andrés, padre de Tomás de 11 meses. "Pero cuando él tenía unos cinco meses, mi esposa salió una noche y cuando traté de acostarlo para dormir, no dejaba de gritar. Me sentía terrible, como si no supiera lo que estaba haciendo y creí que de ninguna manera podría hacerlo solo durante tres meses"
"Fue un punto realmente bajo para mí", continúa, "pero mi esposa señaló que Tomás estaba acostumbrado a que ella lo acostara, así que estaba confundido por el cambio. Esto permitió darme cuenta de que no fue un reacción que tuviera que ver específicamente conmigo y me hizo ver que pedirle ayuda a mi esposa no significaba que yo me estuviera rindiendo".
"El permiso parental fue difícil a veces y sentir que me estaba costando me hacía decepcionarme de mi mismo, pero solo tenía que recordarme a mí mismo que todos los padres tienen momentos así. No todo es natural y fluido, incluso para las madres, y pedir apoyo siempre es la mejor ruta".
Saber que había otros con los que podía hablar que entendían totalmente de dónde venía fue muy útil.
Grupos de apoyo para padres
Hablar con otras personas que están en la misma situación y tienen las mismas dificultades que tu tienes es invaluable. Así que trata de ver si hay comunidades locales o en línea a las que puedas unirte, como grupos de padres o blogs papás que se quedan en casa.
"Una vez que leí artículos y conocí a otros padres que habían pasado por la misma situación, sentí que se me había quitado un peso de encima" dice Luciano, padre de Noah de dos años.
“Cuando mi esposa dio a luz a nuestro hijo comencé a sentir algunas inseguridades, lo que me sorprendió y preocupó. Saber que había otros con los que podía hablar que me entendían totalmente fue muy útil".
Encuentra qué actividades para bebés y padres funcionan para ti
"Hay tantos grupos de bebés por ahí, pero me sentí un poco incómodo siendo el único hombre en algunos de ellos", dice Paco, padre de Ana de tres años.
"Cuando estás abrumado y muy ocupado, puede ser difícil encontrar la motivación para ir a ellos, ¡Mucho más si no los disfrutas! Pero me lancé y encontré algunas cosas que funcionaron para nosotros, como un grupo de juegos realmente relajado donde simplemente dejas a tu bebé suelto con juguetes (que también era organizado por un hombre) y las lecciones de natación también eran divertidas".
Abrirse a la soledad
Me sentí tan cansada y sola
"No podía creer lo difícil que fue la transición de uno a dos niños", dice Julia, mamá de Santi de dos años y Natalia de seis meses. “Cada segundo del día al menos uno de ellos exigía mi atención y me sentía tan cansada y sola. No haces un nuevo grupo de amigas-mamás con tu segundo hijo como lo haces con el primero, y el trabajo de mi esposo se volvió realmente exigente, por lo que estaba con nosotros mucho menos que cuando tuvimos a nuestro primer hijo".
"Fue el momento más difícil de mi vida y comencé a desear haber esperado un poco antes de tener a Natalia. Pero después de que comencé a ser honesta cada vez que alguien preguntaba cómo estaba, era increíble cuántas personas me apoyaban, me visitaban, me enviaban regalos o me ayudaban sacando a mi hijo mayor por el día. Obviamente todavía es difícil, pero mis dos hijos ya han comenzado a jugar juntos un poco más y es una alegría verlos desarrollar su lazo de hermanos".
Es importante que sepas que no estás solo en cómo te sientes, confía en tus instintos y trata de disfrutar estos momentos especiales.