Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna o de fórmula deja de ser suficiente para satisfacer los requerimientos nutricionales del bebé desde los 6 meses de edad. Desde ese entonces hasta cerca de los 2 años, la nutrición adecuada es muy importante para evitar problemas futuros como la obesidad, diabetes o retraso de crecimiento.
En esta etapa de transición y destete no debe dejarse de ofrecer leche materna, y la alimentación complementaria debe ser de consistencia adecuada para su sistema digestivo, debe haber variedad en la comida que se ofrece, administrarse en cantidades y frecuencia apropiada, para así cubrir sus necesidades nutricionales.
Requerimientos nutricionales
A partir de los 6 meses de vida, la lactancia materna exclusiva y leche de fórmula resultan insuficientes para un buen crecimiento del lactante. Algunos requerimientos que no son satisfechos a través de la lactancia son:
Energía
Proteínas
Hierro
Cinc
Vitaminas A y D
Las proteínas, tanto de origen animal como vegetal, son indispensables para una buena nutrición, crecimiento, desarrollo de los niños pequeños. Sin embargo, hay que cuidar el exceso de proteínas.
Estas necesidades nutricionales deben ser aportados a través de otros alimentos, lo que justifica el inicio de la alimentación complementaria. No se debe dejar de ofrecer leche materna: su aporte de calcio y ácidos grasos esenciales es fundamental. La alimentación complementaria debe proporcional la mitad del aporte energético diario total.
Alimentos recomendados para la transición
La introducción de nuevos alimentos debe ser gradual para ir probando la tolerancia del bebé y poder detectar posibles alergias alimenticias.
Algunos alimentos que suelen ofrecerse durante el inicio de la alimentación complementaria son los siguientes:
Cereales: aportan carbohidratos, hierro, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.
Frutas: Ofrecen celulosa, agua, sacarías, vitaminas y minerales. Deben prepararse peladas para evitar el exceso de fibra, ofrecerse maduras para que sean mejor digeridas por el bebé, o triturarlas para hacer una papilla.
Verduras: aportan agua, proteínas vegetales, celulosa, vitaminas y minerales. Se deben ofrecer cocidas (a vapor o agua) y suelen darse en forma de puré.
Carnes: el aporte de carnes constituye un gran aporte de hierro para el bebé.
Lácteos: el yogurt es una excelente fuente de proteínas, calcio y vitaminas. El queso por su lado aporta proteínas, calcio y hierro.
Legumbres: aportan fibras, hidratos de carbono, proteínas y vitaminas. Se pueden añadir al puré de verduras.
No se debe añadir sal ni azúcar en los alimentos destinados a lactantes durante el primer año de vida especialmente. Las bebidas como café, té o infusiones también deben evitarse por su bajo nivel energético. Tampoco le de miel ni leche de vaca al bebé.
Subscríbete a nuestra Comunidad de Padres para encontrar mayor información, recomendaciones y testimonios acerca del mundo del bebé y la crianza. Te puede interesar nuestro artículo sobre alimentación saludable de los padres.